Mi primera a esta más que conocida y masificada montaña, el techo de Guadarrama. Quizá por eso, la cantidad de gente que la sube cada día, he tardado tanto tiempo en venir. Pero sabía que antes o después el día iba a llegar, y ya había ganas, así que al menos intente hacerlo fiel a mi estilo, subir desde La Granja. Una ruta bastante más exigente que la normal, y que supera el doble de desnivel. Como recompensa, una ascensión mucho más bonita y satisfactoria, en la que apenas te cruzas con nadie por el camino.
Nada más empezar el día ya pagué la novatada por la zona. Al llegar al lateral del palacio de La Granja de donde salía la ruta, vi algún coche aparcado así que dije, pues habrá que salir desde aquí. Y ya cuando llevaba diez minutos andando, me encuentro con un parking más adelante, hay que joderse! La verdad que ahora esos diez minutos no suponen nada, pero a la vuelta cuando baje arrastrándome, ya me pesarán ya...
Me adentró por el pinar, por donde discurre gran parte de la ruta. Se puede subir por una pista, o ir buscando caminos más pequeños que nos llevan al mismo sitio.
Sigo subiendo, en busca del Puerto del Nevero, avanzando como puedo hundiéndome por la nieve, con ganas ya de llegar al alto y enfilar la arista.
Al llegar al Puerto del Nevero, ya empieza lo bueno con la nieve bien dura, y no me extraña con lo que pega aquí el viento. Ya se va viendo la arista, que buena pinta.
Ya más de cerca, la vista del risco de los Pájaros y el de los Claveles es impresionante. Que guapo, la verdad que no me lo esperaba así.
Superado el primer repecho, a por el Risco de Los Claveles. Con el patio que hay a la izquierda y el viento que hace me planteo pasarlo por debajo, pero ya veo a más gente cruzando y que hay buena huella, así que vamos por arriba.
Esto con hielo sería otra cosa, pero según está se pasa de lujo. La verdad que disfruté un montón de este paso.
Ya se ve la cumbre de Peñalara al fondo, y buen corredor que asoma por ahí.
Yo vengo por un camino en el que apenas me habré cruzado con cinco personas, pero al llegar a la cumbre aparece la otra cara de Peñalara. Habría más de 50 personas ahí arriba, la gran mayoría que suben desde Cotos en romería.
Así que hago acto de presencia en la cumbre un par de minutos y otra vez para abajo.
Saliendo ya del Risco, una miradita atrás.
Y me despido de Peñalara hasta otro día, que seguro que volveré no tardando mucho, para subir por alguno de sus corredores.
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