jueves, 17 de abril de 2014

Integral de Cardaño, por muy poco...

Cuando todavía no había subido el Espigüete ni el Curavacas, un día oí hablar de la Integral de Fuentes Carrionas. En ese momento ya supe que quería hacerla algún día, aunque no me imaginaba ni de lejos lo que eso suponía. Siempre lo iba dejando para más adelante, y un día vino a mi cabeza la idea de hacerla en condiciones invernales. Llegó el esperado invierno, y un día por otro nunca se daban las condiciones ideales, o no cuadraban las fechas. Viene la primavera y empieza a desaparecer la nieve, pero nunca es tarde, yo quería intentarlo. Varias semanas mirando las predicciones a diario esperando que llegara un fin de semana de buen tiempo, acompañado de los nervios y las dudas de los preparativos. Pienso si quizá estaré loco, hablo con Frajam y me dice que no aunque hay varios pasos a tener en cuenta, pero me da confianza y esperanzas. Le sigo dando vueltas a todo, a la espera de esa ventana de buen tiempo. La parte del Curavacas no la veo clara, la Meseta Inclinada y la zona de las repisas de la cara sur, no me convencen... así que decido alterar el recorrido original para suprimir esa parte que me supone una gran incertidumbre. Diseño una ruta circular, con un desnivel y kilómetros muy similares. Salir de Pino Llano, subir hacia el Alto del Tejo, las Canchas de Ojeda, Hoya Contina, Peña Prieta, Pico Murcia y culminar a lo grande en el Espigüete. Observando el mapa de la ruta, me doy cuenta de que traza un círculo que envuelve el pueblo de Cardaño de Arriba, recorriendo por el cordal los 30 dosmiles que le rodean, así que decido llamarla "La Integral de Cardaño". Todo estaba listo, y por fin llegó el fin de semana esperado, los dos días soleados aunque con más calor del deseado, la nieve no estaría muy bien, pero era mi última baza. Preparo todos los telares, y sin hacerme aún una idea de las magnitudes de la ruta que me espera, salgo para Cardaño lleno de ilusión y con ganas de conseguirlo. La aventura resultó durísima y finalmente no pude completar mi sueño, pero estuve muy cerca, y todo el esfuerzo que fui dejando por el camino mereció la pena.





"La soledad es una fuerza que te aniquila si no estás preparado para superarla, pero que te lleva más allá de tus posibilidades si sabes aprovecharla para tu propio beneficio." Reinhold Messer


Llegando a Cardaño, paro en medio de la carretera para hacer unas fotos al Espigüete. Tengo muchas desde aquí, pero ninguna bajo las estrellas, nevado, con ese reflejo en el embalse... una imagen espectacular.


La aventura comienza en Pino Llano. Mientras amanece, cruzo el puente que sale al otro lado de la carretera, para adentrarme en el Valle de Lamas. A mis espaldas los primeros rayos de sol empiezan a iluminar el Espigüete.


Voy ganando altura al margen del arroyo. De frente ya tengo el Coto Blanco, aunque tendré que seguir a la derecha en busca del primer objetivo del día.


A la par que subo, la vista del Espi se hace cada vez más espectacular


Como acabo de salir y voy entero, no me puedo resistir a su llamada y subo a la Peña del Coriscao, que no entraba en los planes, pero total, ya que estamos...


Continúo subiendo, dejando atrás la Majada del Tejo, con muchas ganas de alcanzar el cordal y empezar a recorrer todas sus cumbres


Y pronto veo asomar el primer dosmil de la jornada. En esta primera parte del cordal están el Alto del Tejo y Las Tetas. Como hay varias pequeñas cumbres y no tengo muy claro quien es quien, paso por todas para no dejarme ninguna por subir.


Creo que este es el Alto de las Tetas



Y este el Alto del Tejo, aunque no estoy seguro


A partir de aquí las cumbres ya están más definidas, y no hay lugar a dudas. Vamos a por el Coto Blanco



Y ahora bajar para subir al Coto Negro, que no llega a los dos mil por poco.


No puedo dejar de mirar atrás cada poco para contemplar esta pedazo de montaña, vaya pose tiene


Y de frente me acompaña la suroeste del Curavacas


Sigo el camino hacia el Cervunal. Hay mucha menos nieve de la que esperaba, y la que hay esta en muy malas condiciones y a punto de caer.


Cima en el Cervunal, con Las Canchas de Ojeda y Hoya Contina de fondo, dos cumbres que tengo muchas ganas de volver a pisar, así que vamos a seguir


Pero antes hay que pasar por el Alto Prieto. Visto así no parece gran cosa, pero este continuo sube y baja es agotador. Además toda esta parte de la ruta la hago sin apenas pisar nieve, andando entre piedras y matorrales, y con las botas de invierno es una tortura para los pies, como una aproximación que nunca llega a su fin...


Últimos metros hacia Las Canchas, uno de los miradores por excelencia de Fuentes carrionas


Tenía muchas ganas de volver a estar aquí arriba, y recordar aquella noche en la que vi esconderse el sol tras el Espigüete y aparecer sobre el Curavacas. Esos momentos mágicos que nos regala la montaña


La panorámica desde aquí es de 10, se ve todo el cordal que vengo recorriendo, Espigüete, Murcia y compañía...


... hasta el Curavacas, pasando por Peña Prieta y muchos más. Se ve a la perfección toda la ruta que tengo por delante, y la imagen es impactante, parece un sueño inalcanzable, pero vamos a intentarlo


De momento me centro en la siguiente parte, subir hasta Hoya Contina, pasando por otro par de dosmiles por el camino


Dejo atrás el Collado de Valdenievas, y mientras voy subiendo al Pico del Vallejo, me paro un rato a contemplar la agreste cara norte de Las Canchas, donde puedo imaginar bonitas subidas para otra ocasión.


Sigo a por el Ramacedo. Es una pena la poca nieve que queda en esta zona, pero que le vamos a hacer, hay que seguir hacia adelante


Hoya Contina me invita a subirla por este bonito corredor, aunque hoy ya tengo suficiente con lo mío y no es el día, pero tomo nota.


Un vistazo hacia Las Canchas, y parecía que estaba al lado...


Y por fin Hoya Contina al alcance de la mano. He de reconocer que hasta aquí ya voy calentito. El continuo sube y baja junto con el mochilón que llevo no dan tregua alguna. No ves el momento en el que puedas recuperar un poco, si no es parando a descansar, pero hoy el tiempo también es un factor a tener en cuenta.


La cresta que enlaza con Curruquilla y Curavacas, por donde vendría la Integral de toda la vida


Ahora toca volver sobre mis pasos para bajar de la cumbre


A mi izquierda dejo el Pozo de Hoya Contina, donde puedo observar los restos de un alud. Arriba del pozo se ve a tres personas, por lo que se pueden apreciar las considerables dimensiones de la placa que ha caído.


Sin detenerme mucho, sigo hacia el interminable Collado del Ves. Poco a poco voy siendo consciente de las dimensiones que puede alcanzar la integral, sabía que era algo serio, pero hasta que no me he visto metido en ella no me he dado cuenta de hasta que punto. Está resultando mucho más duro de lo que esperaba. La paliza que llevas encima, y ver lo lejos que está aun Peña Prieta... y además pensar que hasta ahí solo será la mitad del camino... Es un mazazo para la moral, pero todavía es pronto para rendirse y no puedo pensar así, hay que seguir adelante, sin desanimarme y hasta donde pueda.


La belleza que me rodea y las ganas de cumplir un sueño, me dan fuerzas para continuar.


Intento pensar en positivo, sólo me quedan cuatro dosmiles hasta llegar al Campo de Gibraltar, donde podré dejar la mochila para subir otros tres sin tanto lastre. De momento el siguiente, el Alto de Calderón.



Llegando al Tío Celestino parece que el día se complica. Me da rabia que entre la niebla y las enormes cornisas, no puedo asomarme a contemplar el "lado oscuro" de Fuentes Carrionas.


Algunas cornisas parecen gárgolas, que hacen que me sienta en la auténtica catedral de las montañas, que me perdonen los de Lois pero...


Las nubes desaparecen dejando ante mi el Alto la Panda, y Peña Prieta cada vez más cerca


Imágenes como esta hacen que por un momento me olvide de todos mis males y siga con fuerza hacia adelante


Ya sólo queda el Alto del Concejo. Cada nuevo repecho se hace más duro que el anterior, pero a la vez me dice que lo estoy consiguiendo


Una miradita atrás. Nunca había estado en esta parte del parque, y la verdad es que cada rincón no tiene desperdicio.



Ya veo el Tres provincias a tiro de piedra, solo un poquito más...


No me extraña que la nieve no aguante en estas palas casi verticales, y con el calor que está haciendo la montaña empieza a purgarse


Dejo el mochilón en el Campo de Gibraltar, y esto ya es otra cosa. Sólo me quedan 3 cumbres más y podre tumbarme a descansar, que hoy me lo estoy ganando


Un vistazo hacia las Agujas de Cardaño, donde tengo pensado pasar la noche; y todo el cordal que me queda hasta el Espigüete, mejor ni pensarlo...


Cumbre en Tres provincias, y la mirada fija en Peña Prieta. Desde aquí veo a alguien en la cima, y me da que pensar que hará alguien ahí a estas horas, a no ser que sea un loco como yo que ha venido para quedarse


Y efectivamente, ahí estaba Rafa que había subido a dormir a Peña Prieta. Menudas vistas iba a tener con todo ese mar de nubes que se extendía desde Picos al Curavacas. Hablamos un poco en lo que descanso, unas fotos de mi primera a esta montaña y me toca volver, que yo tengo todos los telares abajo y no quiero que se me haga tarde.



Obviamente, a la vuelta es paso obligado la Peña del Infierno, el techo de Palencia. Total por unos metros más...


Con geniales vistas al Espi...


Y a Picos...


Volviendo hacia el Tres Provincias otra grata sorpresa, los montes de Riaño ocultándose tras la niebla


A la vuelta pretendía pasar el Tres Provincias por su ladera, para evitarme unos metros extras, pero la nieve está muy mal y la caída es considerable, así que sintiéndolo mucho vuelvo a hacer cumbre, menos mal que ya solo me queda bajar a descansar... Dejo atrás Peña Prieta, en la que se adivina su imponente cara norte, que algún día habrá que conocer, todo llegará


Increíble el Curavacas...


Llevaba un tiempo viendo a una pareja de cuervos por la zona, y al final consigo pillar a uno de ellos sobrevolando esta arista. No puedo evitar acordarme de la paloma que vi al llegar al Yordas, quizá sea el presagio de otra noche mágica...


Cuando llego de nuevo al campo de Gibraltar, veo esta preciosa arista de nieve, y me doy cuenta de que había pasado por alto una cumbre, el Alto de las Agujas de Cardaño. Pues vamos a por el!



Ahora si, con los deberes bien hechos y unas cuantas cumbres en el bolsillo, llega el merecido descanso. Mientras me dispongo a deshacer un poco de nieve, que hace ya un rato que me quede sin agua y hay que recuperar


Mientras tanto disfruto del atardecer sobre picos, esto no se paga con dinero



En un último momento, me decido a bajar a dormir bajo las Agujas de Cardaño, para estar un poco más resguardado y empezar un poco más adelante al día siguiente.



Bajo por la canal de las agujas, con vistas al objetivo final del día siguiente


Mientras el sol se pone tras el Pico Las Lomas



Y por fin se hace de noche y la paz reina en la montaña, todo bajo un inmenso manto de estrellas. Llevaba tanto tiempo deseando volver a sentir esta sensación...


Aunque el día siguiente se presenta muy duro y hay que irse pronto a dormir, en este campamento improvisado que no cambiaría por nada


Con el cansancio acumulado caigo rendido enseguida, y no paso nada de frío, se está genial. Aunque a las 4 de la mañana abro los ojos y no puedo evitar hacer alguna foto más. Y sin salir del saco, de pronto me doy cuenta de una cosa, por la noche ha helado y la nieve vuelve a estar dura. Empiezo a darle vueltas a la cabeza, en cuanto salga el sol volverá a ablandarse y abrir huella será de nuevo una tortura. Observo a mi alrededor y todo está iluminado por la magnífica luna llena que me acompaña. Así que reflexiono un poco y tomo la decisión, voy a proseguir con la ruta. Puede parecer una locura, pero creo que tomé la decisión acertada. Desayuno algo, me pongo las botas literalmente congeladas (tenía que ir parando cada poco para atármelas un poco más según las iba calentando el propio pie), recojo el campamento y a las cuatro y media me pongo en marcha hacia el Collado de Bobias.


Después de toda la jornada anterior andando entre piedras y hundiéndome en la nieve, me calzo los crampones y disfruto como el que más de la subida. Además en este marco nocturno inmejorable, que más se puede pedir.


Corono el Pico Las Lomas bajo la luna llena, y me siento la persona más afortunada del mundo. El levantarme a media noche y echar a andar, fue una gran decisión. Sin duda una de las mayores experiencias que he podido vivir en la montaña. Todo el cansancio y las penurias del día anterior pasan a un segundo plano, y siento que todo ha merecido la pena. Me habría gustado parar a hacer mil fotos más, pero tampoco debo entretenerme demasiado si quiero aprovechar el frío de la noche. 


Ahora a seguir hacia Las Cuartas


Para bajar hacia el Pico Cebolleda con la mirada puesta en el Espigüete y las fuerzas más que renovadas. Vuelvo a creer que es posible, que voy a conseguirlo.


La luna llena sobre Riaño, y todo ello envuelto en un mar de nubes que le otorga un color inolvidable


Poco a poco el cielo se va iluminando, aunque este día hubiera deseado que el amanecer nunca llegara...


Aunque el mirar atrás y ver esto, tampoco me desagrada en absoluto


Peñas Malas, Murcia y Espigüete, no me queda ni nada!



Llego al Pico Las Guadañas


Y me dispongo a enfilar la perfecta arista de Peñas Malas


Sin perder de vista los Picos


Y todo lo que me rodea...


Riaño... un amanecer único


Y hacia Curavacas. Uno no sabe ni a donde mirar, más cuando sabe que esto solo durará unos minutos y después todo volverá a la normalidad...



Los primeros rayos de sol iluminan Peñas Malas y pronto la nieve dejará de estar dura


Así que me dispongo a disfrutar de lo poco que me queda sin hundirme de nuevo hasta los tobillos, cuando avanzar por la nieve volverá a convertirse en un infierno


Miro atrás, y me parece increíble que esta misma noche estuviera durmiendo allí a lo lejos, y ahora aquí disfrutando del amanecer


Últimos metros de subida


Hasta llegar a la arista cimera, una pasada



Ahora a por las Peñas Zahurdias, a ver si encuentro bien el paso, aunque creo que no es muy complicado


Las supero sin mucha dificultad hasta llegar a la cumbre, desde donde tengo que retroceder unos pasos para bajar y enfilar la subida al Pico Murcia



200 metros interminables me separan de la cumbre del Murcia. Me lo tomo con calma, y el cansancio acumulado vuelve a hacerse presente. 


Durante todo el camino he ido viendo numerosos aludes, pero este es de los más grandes. Ya desde el Collado del Ves lo había visto el día anterior.


To el camino recorrido en el día de hoy, me sigue pareciendo increíble


A mi derecha los Altos de Aguasalio y Gustalapiedra, en la lista de pendientes desde que el año pasado nos hiciera desistir el mal tiempo. Bonitas montañas que parecen estar escondidas a la sombra de este cordal, un poco olvidadas por todos.


Llegando ya a la cumbre, incluso esta pequeña arista parece no tener fin...


Y por fin, llego al Pico Murcia, otro de los grandes de esta integral. Aquí hago una parada un poco más larga a reponer fuerzas y pensar que voy a hacer. El Espigüete se ve tan cerca... además voy muy bien de tiempo, aunque las fuerzas ya son las justas... Decido continuar, ir hasta la base del corredor y decidir allí sobre el terreno. Parece que estoy a punto de conseguirlo


Sigo hasta las Cerezuelas, desde donde parece que estos días va a caer mucha nieve


Que cerca está ya! Además el Corredor Norte todavía está a la sombra, eso es bueno. La idea es llegar al Collado de Arra y bordear todo el Circo Norte hasta su base . Lo más sencillo sería subir por la Arista Oeste, pero en estas condiciones a ver quien es el valiente, mucho respeto esa cara oeste del Espi en invierno.


Pero había algo con lo que yo no contaba, la Peña del Águila... Sabía que se bajaba por una canal que tendría que buscar desde la cima, pero no me hacía idea de lo agreste de esta peña. Desde arriba vi un hito que marcaba el inicio de la bajada y otro bastante más abajo, así que me dispongo a bajar.


La bajada estaba algo tensa, con neveros deshaciéndose que mojaban las partes sin nieve con bastante piedra suelta. A su vez la nieve tan blanda no daba ninguna seguridad, y entre los neveros y la roca había grietas en las que no se veía el fondo. Todo esto hacía que tuviera que pararme a pensar donde poner el pie antes de dar cada paso.


Algunos pasos se las traían. En verano no serán mucho pero según estaba ahora...  Me tenía que parar un buen rato a observar todas las opciones. Aquí igual estuve media hora quitando nieve para hacerme un buen camino, y es que se veían buenas caídas por todas partes.


Los hitos eran bastante escasos, y en muchas ocasiones tenía que quitarme la mochila para ir un poco más ligero y buscar el camino bueno. A lo mejor estabas al lado de un hito y veías el siguiente 30 metros más abajo, y entre ambos una bajada nada clara.


Cuando llegue abajo sentí un gran alivio, sin duda el paso más complicado de todo el fin de semana. Un paso que podría llevar 15 minutos me llevó más de hora y media, pero mejor bajar tranquilo y con seguridad, la verdad es que no estaba nada claro. Cuando me alejo un poco miro atrás a ver por donde he bajado, pero  ni estoy seguro del todo, pero lo que tengo claro es que la Peña del Águila supuso un desgaste físico y moral que terminó por rematarme, además de todo el tiempo que me hizo perder.


Aún así, el Espigüete ya está al lado, al menos voy a recorrer el Circo Norte y acercarme al corredor, descansar un poco y decidir que hacer, todavía quedan muchas horas de luz.


Mientras recorro el Collado de Arra, que se me hace más largo de lo que aparentaba, veo a dos esquiadores que se precipitan desde la cima por sus laderas.



Recorrer el Circo Norte hasta el corredor me resultó agotador, aún más si cabe. Con la paliza que llevaba encima, y abriendo una huella de más de 20 centímetros, me daban ganas de tirarme en la nieve y no moverme de ahí.



Todas las paredes del Espi se habían purgado estos días de calor, creo que es el mayor alud que he visto nunca.

Llego a la base del Corredor Norte, paro un rato a descansar contemplándole, pero ya ni me lo planteo. Me da rabia abandonar teniéndolo tan cerca, pero abrir huella hasta aquí ha agotado las pocas fuerzas que me quedaban. 500 metros me separan de culminar la ruta que me quitaba el sueño, pero no merece la pena intentarlo, luego también hay que bajar, y ya solo el hecho de volver a Pinollano me da una pereza increíble.


Así que me dispongo a bajar hacia la Cascada de Mazobre


Y llego al camino que me separa del coche, con vistas al cordal donde empezó todo, hará unas 32 horas. Ya solo pienso en llegar cuanto antes al coche, quitarme la mochila y las botas y descansar, sobre todo descansar...


Me dio pena abandonar a última hora, cuando parecía que ya estaba al alcance de la mano, pero no podía más. Después de todo las condiciones de la montaña no me ayudaron en absoluto, y de que eso podría pasar ya era consciente antes de salir de casa, pero quería intentarlo. Al fin y al cabo, aunque no lo consiguiera, se que di lo mejor de mi y puse todo mi empeño persiguiendo un objetivo. Me vuelvo a casa con el sabor agridulce de haberme quedado a medias, pero orgulloso por todo el trabajo realizado. Siempre nos quedará volver...

6 comentarios:

  1. Enhorabuena Dani!, menudo rutón te has marcado compañero!!!... envidia me das, y mucha, vaya días más guapos pillaste... y de sabor agridulce nada, siempre hay que dejar algo pendiente para tener una buena excusa para volver otro día, ja, ja, ja!!!... Unas cosillas, en la zona de el Tejo, las Tetas son los dos piquines calizos que dan al sur de la Peña y el Tejo es esa llanada que queda más cerca del Coto Blanco... las "Tetas" se ven bien desde donde hiciste la foto del Espigüete y el reflejo... y en la Peña del Aguila debiste abrir vía, je, je, je... aunque se ande un poco más, es mejor retroceder un poco hacia el Murcia y pillar un corredor más ancho por el que se baja sin problemas... me ha encantado tu actividad, si señor!!! un abrazo y felices montañas!!! ;)

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    1. Vamos Vidal! me alegro que te haya gustado, muchas gracias! He cambiado lo de las Tetas y el Tejo, que veo que lo había puesto al revés, luego viendo el mapa ya me parecía a mi.. Que más decir, que queda liberada la vía "Tensión" a la Peña el Aguila jajaja claro que habría sido más sencillo dar un rodeo, pero como no sabía por donde se bajaba yo vi unos hitos y derecho que fui, pero mientras bajaba ya le pitarían bien los oídos al que los puso...jajaja de todo se aprende...

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  2. Aupa Dani, así se hacen montañeros... La verdad es que este no era el invierno adecuado para hacer esta ruta. Con mejores condiciones de nieve la terminas y te sobra tiempo, pero había que intentarlo y lo has intentado. Con eso sobra y el que no lo entienda...
    Lo de bajar a derecho es muy tuyo, pero a base de ir, aprenderás, el que no va no aprende.
    A mi me das envidia sólo a medias, me alegro de no haber ido, por que no hubieras hecho ni la mitad.

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    1. Se hacen o deshacen, por que a alguno se le quitarían las ganas de volver a acercarse a una cumbre jajaja Lo de bajar a derecho claro que me gusta, ya lo sabes bien, y pa una vez que sigo los hitos.. ya lo has visto! Si llegas a venir acabo contigo jeje pero ya te habría gustado esa subida nocturna a Las Lomas, aunque no se si te habría convencido.. Habrá que buscar un día y un lugar para hacer una de "solo dormir"

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  3. Dani GRANDE!!!!! pero miedo me das....

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  4. Bueno, con un poco de cuidao, que si que le tengo eh! no hay que tener miedo. Como mucho de que no me eche crema, pero ya me enterado que no soy el único... jejeje

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