domingo, 3 de agosto de 2014

Peña Lusa

20/07/2014
El día anterior en el Valnera, me quedé con ganas de más. Y la vista de Peña Lusa y sus Porras estuvo llamando mi atención continuamente... No había mucho más que pensar. Tras el intento fallido de estas navidades, había que sacarse la espinita, e ir a conocer una montaña que me sorprendió a cada paso que di  sobre su piel de caliza... Una montaña pequeña, si la medimos en altura, pero grandiosa en todos sus aspectos...




Dejo el coche en el Puerto de Lunada, frente al camino que sube a Peña Lusa por su ruta normal. Pero me apetece subir dando un rodeo, y pasar primero por el alto de la Imunia. No tengo muy claro por donde se sube, y tampoco he buscado información, así que me lo invento un poco y voy subiendo con tendencia a la derecha, por donde debe estar la Imunia, a ver si doy con ella.


Pronto me adentro en el hayedo, disfrutando de la magia que esconde en cada rincón...


Subo un poco a lo loco, sin saber muy bien a donde voy. De momento lo importante es ir ganando altura, a ver si consigo llegar a alguna atalaya desde la que pueda localizar la Imunia.


Llego a un claro en el bosque, desde el que veo una arista de roca al fondo. Estará por ahí la Imunia? Habrá que subir para averiguarlo...


Sigo ganando altura por el hayedo...



Hasta salir bajo la arista de caliza, desde donde vuelvo a ver Peña Lusa


Subo a la arista, que desde aquí parece terminar en un alto. Ese debe de ser la Imunia... La niebla anda juguetona, espero que me respete


La voy recorriendo, descubriendo rincones únicos como este


Una mirada hacia lo recorrido


Y lo que me queda por delante...


Antes de llegar al alto, me encuentro con estas extrañas formaciones en la caliza, que me llaman...


Me acerco a ver que hay, y me encuentro con infinidad de simas. Algunas parecen no tener fin, y dan miedo sólo de asomarse, pero es inevitable...



Sigo mi camino, y vuelvo a topar con otra maravilla de la caliza. Esta canal, que parece bajar a las entrañas de la montaña. Obviamente, no puedo pasar de largo sin adentrarme...


No va mucho más lejos de lo que parecía, pero mereció la pena dedicarle unos minutos...


Y disfrutar de la vida que de este agujero emana a raudales...


Después de un tiempo investigando estos rincones, sigo subiendo, y rápidamente llego al alto que venía siguiendo con la mirada, desde que salí del hayedo. Ya estoy casi a la altura de Peña Lusa...


Veo un hierro clavado en su cima, esto debe de ser el Alto de la Imunia. Foto de cumbre y a seguir. Al volver a casa, revisando las fotos y el mapa, me doy cuenta de que estaba equivocado. Estuve muy cerca, y este alto probablemente sea una antecima suya, pero no llegué a pisar su cumbre. No entiendo como no pude darme cuenta, teniéndola tan cerca... tuve que cerrar los ojos para no verla... Seguro que antes o después volvería por aquí, no necesitaba una excusa... aunque ahora, ya la tengo.


Sigo hacia adelante, tan feliz con la "primera cumbre del día". A mis espaldas, la cresta que vengo recorriendo. Y al fondo, la Cubada Grande y el Castro Valnera, por donde anduve ayer, hoy cubiertos por la niebla.


Cuando me dispongo a bajar al Collado de la Tramasquera, doy con unas paredes verticales que cortan mi paso, y tengo que dar un pequeño rodeo para librarlas


Desde el collado, subo al Copete de la Tramasquera, y por fin me encuentro, cara a cara, con la subida final a Peña Lusa. Hay hitos que marcan la subida, pero a mi me gusta improvisar y subo a mi aire, buscando alguna trepada entretenida


Miro hacia atrás, y bajo mi tengo un collado sin nombre, seguido, el montículo herboso es El Copete, tras el está el Collado de la Tramasquera, y el alto con las paredes de caliza, es la cumbre que yo creía que era la Imunia. Y el pico que aparece detrás, con una brecha, es realmente la Imunia. De todos modos, de esto me di cuenta después, y tampoco al hacer la foto.


Un poco más arriba, aparece esta arista a mi derecha. No me lo pienso dos veces y voy a por ella.


Al volver la vista, quedo impresionada por las paredes que me rodean...


La cara oculta de Peña Lusa, un sin fin de posibilidades para alcanzar su cumbre. Ya estoy pensando en volver...



Cosas del progreso...


Ya solo queda caminar un poco por esta fácil loma...


Y cumbre en Peña Lusa


Su nuevo buzón, el antiguo de 1964 ha desaparecido...


Desde aquí arriba observo las Porras de la Lusa. Estando tan cerca, no puedo pasar por alto la ocasión de subirlas


No es fácil descender de la cumbre por cualquier sitio, así que tengo que retroceder un poco


Buscando una bajada que me lleve a la derecha de este hoyo


Las simas siguen haciendo acto de presencia, por aquí no te puedes confiar ni un segundo



Consigo descender de la cumbre, bajando por zonas herbosas y algún destrepe de roca.


Voy bordeando esta depresión, dejando a la derecha Peña Lusa, y a la izquierda las Porras


No tengo ni idea de por donde se subirá... pero esta canal parece interesante


Voy subiendo fácilmente, alguna trepada, pero hasta el momento sin complicaciones


Miro a mi derecha y veo esta diagonal que termina justo en la arista. A por ella


A la salida de la diagonal, ya solo quedan unos metros...


Y cumbre en la primera porra, con Peña Lusa detrás


Una fácil arista me separa de la segunda, no me lo pienso dos veces...


Y cumbre en la segunda Porra, con la primera y Peña Lusa de fondo.


Ya solo queda bajar, improvisando por donde puedo, sin perder la atención



Y ya estoy en el collado que separa las Porras y Peña Lusa


Donde veo otra pequeña cueva bajo sus paredes


Aunque no me lleva muy lejos...


Podría haberme pasado horas investigando cada rincón de esta peña, pero me esperan abajo y hay que dejar algo para otro día... Así que emprendo el descenso, adentrándome de nuevo en el hayedo y su magia


Hasta llegar al camino que me llevará directo al coche


Durante todo el día, la niebla ha cubierto las cumbres del Castro Valnera y el picón del Fraile por completo


En cambio, a escasos metros, en Peña Lusa, me a regalado un día espléndido. Cualquiera diría que son dos días diferentes...


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